El Gobierno australiano ha anunciado la puesta en marcha de un plan que con la ayuda de la Iglesia tiene como objetivo reducir el número de abortos en el país.
Análisis Digital - 03/01/2007 El ministro de salud australiano Tony Abbott ha decidido empezar el nuevo año buscando una solución al gran número de abortos que tiene lugar cada año en Australia.
Para ello ha contado con la ayuda de la empresa McKessons, que a su vez ha contratado a Centacare un organismo ligado a la Iglesia católica.
La idea no es otra que ofrecer apoyo telefónico a las mujeres y jóvenes embarazadas a través de Carolina Chisholm Society, una organización independiente de apoyo a dichas mujeres y a sus familias.
Los profesionales de Centacare 'han venido dando consejo sin prejuicios durante años', manifestó Abbott, quien detalló que el servicio telefónico será de 24 horas y que se pondrá en marcha el próximo 1 de mayo.
Como dijo el ministro de salud, “la idea no es que se sientan el estar recibiendo una lección”. Por ello, el gobierno pondrá también un mecanismo de control, mediante el cual los usuarios que no estén satisfechos, tendrán la posibilidad de denunciarlo.
Según los datos divulgados por el Gobierno, en Australia, con 20 millones de habitantes, cada año se practican 100.000 interrupciones del embarazo (abortos).
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