Alerta la jurista Maria Dolly GuimarãesBRASILIA, 3 julio 2007 (ZENIT.org).- La promoción de la legalización del aborto por parte del gobierno de Brasil, donde se puede practicar en caso de violación y riesgos para la gestante, se ha lanzado a la sociedad como una cuestión de salud pública, pero es falso que sea tal, denuncia una experta.
Según datos empleados por el ministro de Salud brasileño, José Gomes Temporão, en el marco de un encuentro con la prensa, el número de abortos clandestinos en el país fue, en 2005, de 1,040 millones.
En recientes declaraciones al diario Folha de S. Paulo, el titular de la cartera sanitaria afirmó que la cuestión del aborto «es un debate que entra en el terreno de la religión, de la filosofía, de la moral, permanece como algo abstracto». «Pero no trabajo con abstracciones, trabajo con las 170 mujeres que murieron en 2005, cuarta causa de muerte materna», añadió.
Abogada experta en Familia y Derecho canónico matrimonial, así como presidente de la Federación Paulista de los Movimientos de Defensa de la Vida, Maria Dolly Guimarães advierte de que la disminución de la mortalidad materna no depende de la legalización del aborto, sino de la asistencia sanitaria en el período pre-natal, del parto y del post-parto.
«Los países con una buena asistencia sanitaria tienen una mortalidad materna reducida, mientras que los países que no la tienen registran elevados valores en esta tasa», observa.
En Brasil «mueren más mujeres al año (unas 3.000) por contacto con plantas y/o animales venenosos que por abortos, y hasta ahora ésta no es una cuestión de salud pública», informa.
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