20.2.07

VATICANO: LA FAMILIA EN AMÉRICA LATINA ESTÁ BAJO ATAQUE



CIUDAD DEL VATICANO, 23 enero 2007 (ZENIT.org).- Las fortísimas corrientes que padece América Latina contra la familia marcan la necesidad actual de que esta institución deba estar en el centro de la atención pastoral, circunstancia de la que son conscientes las Iglesias locales del continente de la esperanza.



Así lo señaló en declaraciones a «Radio Vaticano» el padre José Tola, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, apuntando claves que se han puesto de manifiesto en la asamblea plenaria de ese organismo vaticano, a cuyos participantes recibió Benedicto XVI.




«La importancia de la institución familiar como casa de formación, como templo de formación en el que se construye la personalidad, se construye la persona con los valores esenciales, que después acompañan al individuo durante toda la vida»: éste ha sido el elemento principal de la plenaria, explica el padre Tola.


«La familia y la educación cristiana en América Latina» fue el tema previsto para la convocatoria.


Es «evidente para todos que la familia está en riesgo hoy» por numerosas corrientes en todo el mundo, de forma que «los padres, en su tarea de formar la personalidad de los hijos, deben afrontar problemas de este tipo», prosigue el sacerdote.


De ahí también la gran importancia «para todos los pastores de tener claros estos peligros» e «identificarlos --advierte-- para poder después formar, catequizar y ayudar en la formación de los padres»


Y es que «la formación de los hijos comienza con la formación de los padres» --sintetiza el padre Tola--; por ello la «institución familiar» está entre los principales desafíos de la educación cristiana en América Latina.«La Iglesia, en este período, está particularmente atenta porque efectivamente América Latina vive un momento muy delicado. Los pastores de la Iglesia son muy conscientes del hecho de que la familia debe estar ahora en el centro de su atención, en el centro de su cuidado pastoral. Estamos frente a una corriente muy fuerte, muy agresiva contra la vida, contra los valores de la vida familiar que nos enseña el Evangelio», alerta el secretario de la Comisión Pontificia.

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